“Juan Manuel Rodríguez Ojeda influyó en la configuración estética de la Semana Santa de toda Andalucía y no sólo en la sevillana”
El doctor en Historia del Arte Andrés Luque Teruel, una de las máximas autoridades en el estudio y conocimiento de la obra del célebre diseñador y bordador, dictó una muy documentada ponencia este pasado martes en la Real Academia de San Dionisio
¿Hubo un antes y después de Juan Manuel Rodríguez Ojeda en la historia de la configuración estética de la Semana Santa andaluza tal como hoy a todas luces concebimos? Indudablemente sí. Rodríguez Ojeda o la revolución de las formas desde dentro. Desde los epígrafes de la devoción y asimismo de la implicación. Fue un cofrade precoz, un temprano y por ende hábil gestor de sus propios talentos artísticos y a su vez un nunca extinto creador incontenible de novísimas formas cuya aguja incluso hilaba pespuntes vanguardistas. La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras acogió el pasado martes una interesantísima ponencia del doctor en Historia del Arte Andrés Luque Teruel. Concitó el interés del numeroso público allí congregado. Una concurrencia que a decir verdad arropaba a no pocos destacadísimos cofrades de la ciudad. Cofrades de la Amargura, de la Defensión, de las Cinco Llagas y del Santo Crucifijo estuvieron presentes en la sesión académica. El conferenciante fue presentado por el Académico Correspondiente José Luis Zarzana Palma (quien apuntó los muchos méritos curriculares de tan prestigioso orador). Presidía la sesión –por delegación- el vicepresidente de la corporación académica Jaime Bachiller Martínez.
Varias son las claves que sintéticamente fundamentaron la intervención de Andrés Luque Teruel: a) Juan Manuel Rodríguez Ojeda fue un genio predestinado a revolucionar, desde el arte del bordado y el diseño, la concepción estética de la Semana Santa de toda Andalucía (y no exclusivamente la sevillana), b) sabía a ciencia cierta que las instituciones debían transformarse desde dentro (y a tal fin se implicó de lleno en cargos de gobierno y en el día a día de la vida de Hermandad), c) en su evolución artística fue un adelantado a su tiempo: tomando estilos en los que posteriormente ahondaría, innovando, inventando, experimentando un inteligentísimo vanguardismo incluso y d) posee la capacidad de dar siempre lo mejor de sí adaptándose a los instrumentos, aparejos y presupuestos de los que disponen las hermandades. Para Andrés Luque “Rodríguez Luque siempre vestía a la Virgen para lucimiento de la Imagen y no para el suyo personal, como así ha ocurrido con muchos vestidores del siglo XX”. Profundizó el ponente en la importancia capital de la ejecutoria de ‘Juan Manuel’ en la Hermandad de la Macarena, a la que transformó por completo, a la par que no dejó en el tintero una denuncia con ribetes reivindicativos: “En los talleres de bordados hoy día no se contratan diseñadores profesionales, sólo –salvo honrosas excepciones- trabajan aficionados al dibujo”.
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