Gumersindo Ruiz: “La deficiente asignación del crédito, de las inversiones y del empleo, tiene consecuencias tan graves sobre nuestra economía, que requiere una transformación profunda de la misma”
- “Nuestra economía crece muy intensamente, más que el resto de la Unión Europea, y también crea más empleo y se reduce el paro; sin embargo esto no es equilibrado ni estable, y aquí se encuentra la clave de la recesión posterior. El análisis que se hace para España es aplicable, con la diferencia que secularmente mantiene, a la economía andaluza”.
- “El endeudamiento público, medido sobre el producto de la economía, venía reduciéndose desde 1998 hasta 2008, pasando de ser el 70% del producto a sólo el 35%, pero a partir de aquí, con la reducción de los ingresos públicos y el aumento del gasto (principalmente por el paro), la deuda crece de manera insostenible. Nuestro problema inicial no era la deuda pública, una de las más bajas del mundo, pero el panorama de recesión, paro y deuda no es el mejor para inspirar confianza ni dentro ni fuera de nuestras fronteras”.
- “Con el endeudamiento privado ocurre lo contrario, alcanzando la deuda de las sociedades no financieras el 140% del producto, y los hogares el 80%. La parte más significativa de esta deuda está en el sector de la construcción y en los hogares, vinculada a la compra de vivienda. La deuda en sí no es negativa, siempre que tenga como finalidad la inversión y creación de actividad económica y empleo, que sea estable y no temporal”.
- “Viendo la economía española con perspectiva, España ha crecido en los últimos cuarenta años significativamente más que la Unión Europea, un 144% frente a un 125%, y pese a la caída de los últimos años (que ha reducido la diferencia secular de crecimiento a un 15% acumulado), mantenemos un nivel alto de renta por habitante”.
- “La deficiente asignación del crédito, de las inversiones y del empleo, tiene consecuencias tan graves sobre nuestra economía, que requiere una transformación profunda de la misma, en un entorno que, además, va cambiando. Aunque se realice un esfuerzo colectivo interno, las decisiones, para lo bueno y lo malo, pasan ahora por la Unión Europea, y debe considerarse la distribución interna de la producción y el empleo en Europa en beneficio de todos, una política comercial exterior, financiación a la pequeña y mediana empresa en condiciones de unidad de mercado, inversiones públicas y privadas orientadas al crecimiento, investigación y formación. Europa se adapta al entorno internacional, con España adaptándose al entorno europeo, estas son las dos claves que pueden dar algún resultado si hay verdaderamente un propósito de progreso en común, superando la visión de corto plazo de la política y las elecciones nacionales”.
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