“Hoy negros nubarrones se están desarrollando en el horizonte de la humanidad”
Continúa celebrándose con interesantísimas propuestas temáticas el ciclo ‘Una mirada a las Ciencias’ organizado por la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras. En esta ocasión tocaba turno al Excmo. Sr. D. Manuel Catalán Pérez-Urquiola, Secretario Técnico del Comité Polar Español, quien disertó sobre ‘El Planeta visto desde las Zonas Polares’. La sesión estuvo presidida por el presidente titular de la Academia Jerezana Joaquín Ortiz Tardío, correspondiendo la presentación del conferenciante al Académico Correspondiente Enrique Montiel Sánchez. Para Manuel Catalán “hoy negros nubarrones se están desarrollando en el horizonte de la humanidad. La sociedad industrial y sus emisiones de gases de invernadero hacen pensar que determinados parámetros, que rigen nuestra vida, están variando en una dirección preocupante. Se considera que la temperatura tiene una tendencia ascendente, que el nivel del mar sube, que la radiación ultravioleta aumenta en las zonas polares y se nos indica, como solución, que debemos reducir las emisiones de anhídrido carbónico a la atmósfera, como causa real de nuestros males”.
“La receta para muchos –siguió comentando- es sencilla, disminuyamos los coches, disminuyamos o eliminemos las centrales eléctricas y vivamos con los suministros energéticos que, de forma natural y renovable, el sol pone en tiempo real a nuestra disposición, en forma de viento, radiación solar o bio-combustibles. Todo eso está muy bien y es razonable, si se garantiza que siempre el viento soplará con la intensidad y dirección adecuada, y que la radiación solar nos llegará día y noche desde un cielo siempre despejado y todo lo anterior a un precio razonable para mantener la competitividad de las empresas y la economía ciudadana”. Y lo anterior es correcto hasta un cierto límite que no olvide que la sociedad actual se encuentra globalizada, es fuertemente competitiva y en el planeta hemos superado los 6500 millones de habitantes, muchos de ellos pobremente alimentados. Esto hace que el problema “no sea tan sencillo, las naciones desarrolladas tienen un nivel básico de consumo energético, elevado según su grado de industrialización, que debe ser continuamente suministrado, entre otras cosas, para mantener nuestras necesidades industriales, los puestos de trabajo, el nivel de vida confortable o nuestros transportes”.
Como conocemos el equilibrio térmico del planeta se produce porque la atmósfera y los océanos trasladan el exceso de energía de los trópicos “hacia los polos de forma que, si estos procesos no ocurrieran, el equilibrio térmico del planeta seria otro y las temperaturas en el ecuador serian más altas que las actuales y en los polos mucho mas bajas. Consecuentemente las zonas polares ejercen una importante influencia en el clima y para conocer su evolución debemos conocer los procesos que allí se desarrollan”.
Según Catalán, “desde finales del siglo XIX, en la época del primer año polar, mucho han cambiado las circunstancias en que se desarrolla la investigación científica en las zonas polares. En aquel entonces la ciencia era la profesión de unos pocos investigadores que, con motivaciones y medios normalmente individuales, dedicaban en sus expediciones más tiempo a sobrevivir que a investigar. Hoy miles de investigadores de cientos de instituciones y sociedades científicas apoyan el desarrollo de las colaboraciones internacionales y programas gubernamentales. Las modernas comunicaciones permiten a los investigadores controlar sus instrumentos y registrar la información de equipos instalados en las remotas zonas polares desde sus laboratorios, dejando patente el deseo del hombre de mejorar en el conocimiento de su medio ambiente y los problemas que afectan su supervivencia. Como resultado de estas investigaciones hoy sabemos que el planeta actúa en su conjunto como un organismo vivo donde ninguna zona, incluyendo las inaccesibles regiones polares, actúa independientemente.