Antonio Mariscal Trujillo conmemora el 40 aniversario en Jerez de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús
La sede social de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras ha acogido una ponencia que, si bien no forma parte en sentido estricto de la programación cultural del curso académico de esta docta casa jerezana, sí se integra en la serie de actos externos que de alguna fraternal manera son desarrollados en el salón de actos de la propia academia jerezana. Así ha acontecido con la conferencia que ahora nos ocupa y que, dictada por el académico Antonio Mariscal Trujillo, rindió homenaje a las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús (cuarenta años enseñando en Jerez en el Colegio de Montealto). Un aniversario celebrado con profusión de actividades a lo largo de todo el año en curso. Antonio Mariscal Trujillo fue presentado por el también académico y vicepresidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos Francisco Antonio García Romero quien cuajó un discurso donde los vasos comunicantes del rigor académico y de la fluidez afectiva constituyeron un muy aplaudido denominador común. Ante un auditorio abarrotado de público –en ciernes de sensibilidad abierta a las recordaciones del orador-, Antonio Mariscal sacó a relucir “su vena de historiador” para repasar con incesante fecundidad de datos alusiones al antiguo colegio de las Carmelitas, los comienzos en San Juan de Ávila allá por 1970 junto al Convento de las Mínimas, la indesmayable ayuda de José María Ruiz-Mateos, y así, seguidamente, recorrer por épocas bien diferenciadas el transcurrir histórico del célebre Colegio de Montealto. No faltó, en la voz de Mariscal Trujillo, el “testimonio directo de quien es padre de una monja” y sus consiguientes confesiones según la experiencia en primera persona del singular. El conferenciante amplió además el radio de acción de la comunidad educativa del Sagrado Corazón de Jesús y explicó grosso modo la labor de esta institución en España. Durante los últimos minutos de la alocución de Antonio Mariscal abundaron los pañuelos secando lágrimas de emoción entre el distinguido público que de esta forma respaldaba un acto ramificado de justicia en el tiempo.
domingo, 24 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
Sesión Académica - Vicenta Guerra Carretero - 05/10/2010
“Las raíces populares de la poesía de Vicenta Guerra beben en los ritmos del pueblo”
El sentido transcendental de la existencia humana, el sentido literario de la rima poética y el sentido del humor se dieron la mano en la voz y en el ingenio de la académica, escritora y aguda observadora Vicenta Guerra Carretero. La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras acogía la presentación de su última obra –“mi minilibro diría yo”, puntualiza la autora- cuyo título nos evoca directamente a terminologías muy del uso de Ramón Gómez de la Serna: ‘Breverías. Pensamientos y cantares’. Ocuparon la presidencia del acto el presidente de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío, además del presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras, la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Jerez Dolores Barroso, así como Vicenta Guerra y su presentadora la doctora en Filología Hispánica Elisa Constanza Zamora Pérez.
Precisamente Elisa Constanza argumentó que “los poemas de la obra 'Breverías' de Vicenta Guerra brotan como una fuente espontánea y sencilla, nos evocan ecos de los cantares anónimos. En sus versos hay fondo y forma, sutiles bellezas y cierta 'jondura'. Su poesía es un homenaje al pueblo, gran poeta anónimo. Leyendo este libro se pone de manifiesto, una vez más, que somos hijos e hijas de una cultura y ésta nos mece, nos acuna, nos regala sus ritmos, sus imágenes y se nos entrega, para que sigamos amasándola, paladeándola y cómo no, haciéndola nuestra. Y eso es lo que esta poeta jerezana ha hecho siempre, magistralmente. Su poesía está apegada a una geografía local, Jerez, pero trasciende el localismo, porque también es sentenciosa y busca el sentido de la vida y así, se hace universal. Sus versos se construyen con palabras llenas de ritmo, que se entrelazan con matices sociales, pues a Vicenta Guerra le duele la injusticia y posee una profunda hondura humana”.
Para Elisa Constanza, “cuando leemos los versos de 'Breverías', notamos ese linaje popular que nos es tan cercano, pero a la vez se impone la mirada y la maestría de la poeta que se entrega en cada palabra con el poder de la verdad, expresada con belleza. Las raíces populares de su poesía beben en los ritmos del pueblo y de ahí, como hicieran otros poetas, nace su amor por la rima asonantada y el ritmo ágil del romance. Esta maestría, no siempre de fácil manejo, fue destacada por el mismo Juan Ramón Jiménez, quien en sus 'Cartas literarias' reconocía la dificultad de los poetas cultos para cogerle "el corazón al pueblo". A través de estos ritmos, Vicenta Guerra hace palpitar temas presentes en la tradición literaria tanto popular como culta: la angustia por el paso del tiempo, la soledad, la amistad, el amor, la paz, con los que intenta responder a las preocupaciones del ser humano”. Vicenta Guerra agradeció muy profusamente la concurrida asistencia de jerezanos a esta cita académica que además contó en la sensibilidad de la ponente con un entrañable recuerdo y homenaje a la figura del académico recientemente fallecido José Ramón Fernández Lira.
El sentido transcendental de la existencia humana, el sentido literario de la rima poética y el sentido del humor se dieron la mano en la voz y en el ingenio de la académica, escritora y aguda observadora Vicenta Guerra Carretero. La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras acogía la presentación de su última obra –“mi minilibro diría yo”, puntualiza la autora- cuyo título nos evoca directamente a terminologías muy del uso de Ramón Gómez de la Serna: ‘Breverías. Pensamientos y cantares’. Ocuparon la presidencia del acto el presidente de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío, además del presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras, la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Jerez Dolores Barroso, así como Vicenta Guerra y su presentadora la doctora en Filología Hispánica Elisa Constanza Zamora Pérez.
Precisamente Elisa Constanza argumentó que “los poemas de la obra 'Breverías' de Vicenta Guerra brotan como una fuente espontánea y sencilla, nos evocan ecos de los cantares anónimos. En sus versos hay fondo y forma, sutiles bellezas y cierta 'jondura'. Su poesía es un homenaje al pueblo, gran poeta anónimo. Leyendo este libro se pone de manifiesto, una vez más, que somos hijos e hijas de una cultura y ésta nos mece, nos acuna, nos regala sus ritmos, sus imágenes y se nos entrega, para que sigamos amasándola, paladeándola y cómo no, haciéndola nuestra. Y eso es lo que esta poeta jerezana ha hecho siempre, magistralmente. Su poesía está apegada a una geografía local, Jerez, pero trasciende el localismo, porque también es sentenciosa y busca el sentido de la vida y así, se hace universal. Sus versos se construyen con palabras llenas de ritmo, que se entrelazan con matices sociales, pues a Vicenta Guerra le duele la injusticia y posee una profunda hondura humana”.
Para Elisa Constanza, “cuando leemos los versos de 'Breverías', notamos ese linaje popular que nos es tan cercano, pero a la vez se impone la mirada y la maestría de la poeta que se entrega en cada palabra con el poder de la verdad, expresada con belleza. Las raíces populares de su poesía beben en los ritmos del pueblo y de ahí, como hicieran otros poetas, nace su amor por la rima asonantada y el ritmo ágil del romance. Esta maestría, no siempre de fácil manejo, fue destacada por el mismo Juan Ramón Jiménez, quien en sus 'Cartas literarias' reconocía la dificultad de los poetas cultos para cogerle "el corazón al pueblo". A través de estos ritmos, Vicenta Guerra hace palpitar temas presentes en la tradición literaria tanto popular como culta: la angustia por el paso del tiempo, la soledad, la amistad, el amor, la paz, con los que intenta responder a las preocupaciones del ser humano”. Vicenta Guerra agradeció muy profusamente la concurrida asistencia de jerezanos a esta cita académica que además contó en la sensibilidad de la ponente con un entrañable recuerdo y homenaje a la figura del académico recientemente fallecido José Ramón Fernández Lira.
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