“¿Qué sería de nosotros si no hubiésemos traído la patata de América?”
La escritora y presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España Imelda Moreno de Arteaga clausuró este pasado martes el primer ciclo gastronómico organizado conjuntamente por la Real Academia de San Dionisio y el Grupo Romero Caballero
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras y el Grupo Romero Caballero clausuraron este pasado martes su primer ciclo gastronómico con un balance notablemente satisfactorio. Ambas entidades califican de rotundo éxito el desarrollo de un programa que satisfizo al muchísimo público congregado en la sede de la Academia durante los últimos tres martes. Tanto la calidad de los contenidos expuestos como el nivel de los tres ponentes que integraron tan brillante cartel certifican la trascendencia de la gastronomía en nuestro rico acervo histórico-cultural español. Tras las respectivas intervenciones del chef manager del Grupo Romero Caballero Pepe Rosales y del denominado ‘chef del mar’ Ángel León, tocó turno ayer martes a la escritora, crítica gastronómica y presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España Imelda Moreno de Arteaga, Marquesa de Poza. De nuevo el aforo del salón de actos de la Academia registró un lleno absoluto. Presidieron la sesión académica los presidentes de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío y el presidente del Grupo Romero Caballero Francisco Romero Caballero, ocupando igualmente lugar en la mesa presidencial el presidente de Honor de esta real corporación Francisco Fernández García-Figueras así como la propia conferenciante y su presentador Manuel Domecq Zurita. Cariñoso y emocionado a la misma vez en sus palabras de introducción, Manuel Domecq trazó el perfil de la protagonista de la convocatoria cultural desde la descripción –sensible y directa- de una amalgama de afectos y experiencias compartidas. Seguidamente Imelda Moreno hizo uso de la palabra certificando de antemano su contento por regresar para tan especial ocasión a una tierra “tan querida por mí” como Jerez. La presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España rindió un completísimo homenaje a la patata: “Siempre, desde niña, me sedujo su sabor tanto en puré como fritas. Mi magdalena de Proust es el puré de patatas. Uno de los motivos de mi devoción por este alimento es la herencia que me trasladó mi padre, tan recordado por sus escritos dominicales en ABC con la firma de Savarín. Mi padre igualmente era un devoto ejemplar de la patata en todos sus conceptos”. Recordó Moreno de Arteaga a Alfonso Sánchez, “gran crítico de cine y crítico gastronómico que tenía una columna diaria en Informaciones y definió a mi padre perfectamente en su apego al gusto por la patata. De mí han dicho que he entrado en la gastronomía como se entra en religión y desde entonces persevero en esa religión. Supongo que otro motivo de mi defensa de este sabrosísimo producto descansa igualmente en mi vinculación a Cuba”. La ponente abrió un interrogante durante su intervención: “¿Qué sería de nosotros si no hubiésemos traído de América la patata?. Nosotros le dimos el idioma y la religión y ello nos dieron el sustento diario”. Imelda Moreno de Arteaga ilustró su disertación con una pormenorizada historia de la llegada de la patata a España –“lo hizo por Cádiz y enseguida se descubrió que tenía un gran poder alimenticio”- para pasar a explicar los diferentes tipos de patatas colombianas o, ya en España, aludir al sevillano Nicolás Monardes “quien escribió libros interesantísimos al respecto”. De la mención de la patata en escritos de siglos pasados asentó referencias en cartas, por ejemplo, de Santa Teresa de Jesús, patrona de la gastronomía. Finalmente elogió la patata de Andalucía, “siendo las mejores de todas ellas, sin duda, las de Sanlúcar de Barrameda”. Repasó platos y recetas y se sinceró con el respetable público compartiendo algunas vivencias personales y obras monográficas sobre “este producto que iguala a ricos y a personas menos pudientes”. Remató su conferencia consignando que “jerezaneo doquiera que voy porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Catering Las Vides ofreció una copa y un aperitivo al término de la sesión académica.
La escritora y presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España Imelda Moreno de Arteaga clausuró este pasado martes el primer ciclo gastronómico organizado conjuntamente por la Real Academia de San Dionisio y el Grupo Romero Caballero
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras y el Grupo Romero Caballero clausuraron este pasado martes su primer ciclo gastronómico con un balance notablemente satisfactorio. Ambas entidades califican de rotundo éxito el desarrollo de un programa que satisfizo al muchísimo público congregado en la sede de la Academia durante los últimos tres martes. Tanto la calidad de los contenidos expuestos como el nivel de los tres ponentes que integraron tan brillante cartel certifican la trascendencia de la gastronomía en nuestro rico acervo histórico-cultural español. Tras las respectivas intervenciones del chef manager del Grupo Romero Caballero Pepe Rosales y del denominado ‘chef del mar’ Ángel León, tocó turno ayer martes a la escritora, crítica gastronómica y presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España Imelda Moreno de Arteaga, Marquesa de Poza. De nuevo el aforo del salón de actos de la Academia registró un lleno absoluto. Presidieron la sesión académica los presidentes de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío y el presidente del Grupo Romero Caballero Francisco Romero Caballero, ocupando igualmente lugar en la mesa presidencial el presidente de Honor de esta real corporación Francisco Fernández García-Figueras así como la propia conferenciante y su presentador Manuel Domecq Zurita. Cariñoso y emocionado a la misma vez en sus palabras de introducción, Manuel Domecq trazó el perfil de la protagonista de la convocatoria cultural desde la descripción –sensible y directa- de una amalgama de afectos y experiencias compartidas. Seguidamente Imelda Moreno hizo uso de la palabra certificando de antemano su contento por regresar para tan especial ocasión a una tierra “tan querida por mí” como Jerez. La presidenta de la Cofradía de la Buena Mesa de España rindió un completísimo homenaje a la patata: “Siempre, desde niña, me sedujo su sabor tanto en puré como fritas. Mi magdalena de Proust es el puré de patatas. Uno de los motivos de mi devoción por este alimento es la herencia que me trasladó mi padre, tan recordado por sus escritos dominicales en ABC con la firma de Savarín. Mi padre igualmente era un devoto ejemplar de la patata en todos sus conceptos”. Recordó Moreno de Arteaga a Alfonso Sánchez, “gran crítico de cine y crítico gastronómico que tenía una columna diaria en Informaciones y definió a mi padre perfectamente en su apego al gusto por la patata. De mí han dicho que he entrado en la gastronomía como se entra en religión y desde entonces persevero en esa religión. Supongo que otro motivo de mi defensa de este sabrosísimo producto descansa igualmente en mi vinculación a Cuba”. La ponente abrió un interrogante durante su intervención: “¿Qué sería de nosotros si no hubiésemos traído de América la patata?. Nosotros le dimos el idioma y la religión y ello nos dieron el sustento diario”. Imelda Moreno de Arteaga ilustró su disertación con una pormenorizada historia de la llegada de la patata a España –“lo hizo por Cádiz y enseguida se descubrió que tenía un gran poder alimenticio”- para pasar a explicar los diferentes tipos de patatas colombianas o, ya en España, aludir al sevillano Nicolás Monardes “quien escribió libros interesantísimos al respecto”. De la mención de la patata en escritos de siglos pasados asentó referencias en cartas, por ejemplo, de Santa Teresa de Jesús, patrona de la gastronomía. Finalmente elogió la patata de Andalucía, “siendo las mejores de todas ellas, sin duda, las de Sanlúcar de Barrameda”. Repasó platos y recetas y se sinceró con el respetable público compartiendo algunas vivencias personales y obras monográficas sobre “este producto que iguala a ricos y a personas menos pudientes”. Remató su conferencia consignando que “jerezaneo doquiera que voy porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Catering Las Vides ofreció una copa y un aperitivo al término de la sesión académica.